sep
26
2015
Han tenido que ser la justicia y las denuncias de gente normal y decente, las responsables de desmontar un sistema corrupto basado en el clientelismo politico. Contratos mal adjudicados, presupuestos hinchados, obras hechas antes de la adjudicación, comisiones por favores de hasta el 10%, decenas de enchufados…, todo lo que venimos denunciando y que llevamos a la Fiscalía: un sistema basado en la vulneración de la ley, en el quebrantamiento del principio de igualdad y mérito, la compra de voluntades y la ocultación de estos actos a la población por una política de compra de voluntades con la publicidad y favores institucionales. Todo esto lo supieron las direcciones gallega y federal del PSOE porque se lo mandé por escrito, siendo los últimos el señor César Luena y el señor Besteiro, también imputado por el caso Garañón.
No se equivoquen, no canten victoria. No es el fin de Abel Caballero, solo lo hemos puesto en el alero y el reloj y la pluma son lo de menos. Ya hace tiempo, una corporación presidida por Portanet tuvo el dudoso honor de ver a parte de sus miembros juzgados por regalos y prebendas recibidos de la empresa Vitrasa, concesionaria del transporte público en Vigo que vino a sustituir a los famosos tranvías. La historia, si no se aprende de ella, se repite. Caballero ha perdido lo más importante de un político: la credibilidad. Lo de más, construir una alternativa transversal de gente decente que rompa con este neocaciquismo que practican las élites de Vigo.
Para terminar, si los periódicos publican todas estas corruptelas y enchufes con empresas de tamaño pequeño, ¿qué negocios corruptos no harán estos protagonistas con los grandes contratos?.